lunes, 7 de abril de 2008

RESPUESTAS BÍBLICAS A PREGUNTAS BÍBLICAS


Quiero ir colocando en el Blog una serie de artículos rescatados de revistas cristianas antiguas, pero que no por ello dejan de ser actuales. Si algún autor ve un artículo suyo y desea rectificar o cancelar el contenido, no tiene más que notificarlo y lo haremos gustosos.

CUESTIONES RELATIVAS A PASAJES DIFÍCILES DE LA ESCRITURA

F.F. BRUCE

Este material se publica por arreglo especial con sus editores en inglés. “Answers To Quotations”, by F.F. Bruce. Copyright 1972, The Paternoster Press.

Extraído de la desaparecida revista cristiana Pensamiento Cristiano. Nº94 Junio 1978

Génesis 9.25,26. ¿Tienen los versículos 25 y 26 de Gn. 9, alguna rela­ción con el problema racial?

No. Están relacionados con la servidumbre de los cananeos hacia los israelitas, al igual que en Josué 9.23, Jueces 1.28, etc.

Génesis 11.1 a 9. ¿Cuál es el propósito de la torre de Babel?

Todo lo que nos hace, saber el relato bíblico es que los edificado­res dijeron: 'Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúpide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparci­dos sobre la faz de toda la tierra" (Gn. 11.4). Esto indica, por lo me­nos, en lo que a la torre se refiere, que el propósito era promover la concentración y evitar la dispersión, propósito este que fue invertido divinamente por medio de la confusión de las lenguas. Fuera de esto, sólo podemos elaborar conclusiones personales. (Debe tenerse en cuen­ta que así como es inexcusable hacer a un hombre responsable de las conclusiones que nosotros elaboramos en base a lo que él dice, es también inexcusable suponer que nuestras conclusiones sobre la Sa­grada Escritura, gozan de la misma autoridad de la propia Escritura). Algunos expositores suponen que el propósito de una torre tan alta era el poder tener un lugar de refugio para el caso de que se produjera otro diluvio. Yo prefiero relacionar las palabras "cuya cúspide llegue al cielo", con el nombre de la torre-templo de Babilonia, llamada Etemen-an-ki, y que significa "casa de plataforma-fundamento del cie­lo y de la tierra". Una interesante exposición del tema a la luz de la arqueología se encuentra en el librito titulado La Torre de Babel por André Parrot (1965). Él sugiere que esta torre al igual que otros zigurats en Babilonia, era considerada como una escalera por medio de la cual la deidad que residía en la cúspide del templo, podría descender para visitar la tierra y luego volver a su hogar. El autor no ve en la intentona de llegar al cielo un "puño cerrado" sino una "mano abierta y extendida"; no un desafío sino una plegaria.
Concluye diciendo que era una "extraña y conmovedora anticipación del clamor de Isaías: |Oh, si rompieses los cielos y descendieras! (Isaías 64.1). Nosotros sabemos que en la noche de Navidad, Dios en efecto descendió."



Génesis 14.18-20. A la luz de He. 7.1-10, ¿deberíamos considerar la
aparición de Melquisedec como una Cristofanía, o fue un individuo histórico?

A la luz de He. 7.3, “semejante al Hijo de Dios", podemos des­tacar la idea de una Cristofanía. El Hijo de Dios no podía ser hecho "semejante" a sí mismo. Deberíamos reconocer a Melquisedec como un personaje histórico que vivió en la primera parte del segundo milenio antes de Cristo, rey de Salem, ciudad de Canaán y sacerdote del Dios Altísimo (designación bajo la cual era adorado el Creador), y a cuyo sacerdocio le sucedió la casa de David; (comp. Salmo 110.4). La des­cripción que de él se hace es considerada tan significativa por el es­critor de la carta a los Hebreos (tanto con referencia a lo que se dice de él como a lo que no se dice), que lo presenta en una serie de aspec­tos como un paralelo de nuestro Señor.


Génesis 30.47-42. Se dice corrientemente que el relato de Gn. 30.37-42 refleja una forma de genética supersticiosa. Por ejemplo A. Rendle Short en su libro The Bible and Modern Medicine, p. 84, (La Biblia y la Medicina Moderna), trata el tema bajo el título "Medicina y Folklore'' Y se refiere a la idea de Jacob como una superstición. Sugiere que la gran cantidad de borregos y corderos listados, pintados y salpicados de diversos colores, no se debía a la estrategia de Jacob (aunque él estaba convencido de su eficacia) sino a la intervención de Dios. La palabra "así" en el verso 42 ("así eran las más débiles para Labán"), ¿Indica que el propio narrador de la historia atribuye el gran número a la estrategia de Jacob?

La palabra "así", en Gn. 30.42 es una conjunción hebrea utilizda corrientemente que significa "y". Puede sugerir pero no afirmar una relación casual entre la estrategia de Jacob y el hecho de que Jacob obtuvo para sí los animales más fuertes, mientras que a Labán iban los más débiles. Tal como lo señaló el Profesor Rendle Short, Jacob mismo atribuyó su enriquecimiento a Dios (aun cuando pudo haber creído que su propia estrategia fue el medio que Dios utilizó). El le dijo e sus esposas: '"Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y el me lo dio a mí". Gn. 31.9).


Génesis 49.10. ¿Cuál es el significado de Siloh en Gn. 49.10? ¿Tiene alguna relación con el lugar llamado Silo en I Samuel 1.3?

Sería muy difícil encontrarle sentido a Gn. 49.10 si.Siloh signifi­caba el lugar que llevaba tal nombre en el territorio de la tribu de Efraín. Una posibilidad sería relacionarlo con una palabra babilónica que significa "príncipe". La referencia mesiánica sería clara si leyéramos: "Hasta que venga el Príncipe". Pero quizás sea más probable que debiéramos leer la palabra selo ("de quien es") y traducirlo "hasta que venga- aquel a quien le pertenece". Es probable que Ezequiel se refería a esta profecía cuando 'habló en el nombre de Dios al referirse a la corona de Judá: "'Esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho y yo se lo entregaré" (Ez. 21.27). La referencia mesiáni­ca se torna así más inequívoca.
Nota del Traductor: En castellano la Versi
ón Popular traduce Gn. 49.10: "Hasta que venga el dueño 'del bastón", y agrega una nota al pie que dice: "El texto 'hebreo puede traducirse 'hasta que venga Siloh' o 'hasta que él venga a Siloh' ".


Éxodo 3.18. ¿Dios le animo a decir una "mentira piadosa" al pedirle permiso a Faraón para que los Israelitas que estaban en Egipto salieran "tres días" para ofrecer sacrificios a Dios (Ex. 3.18, 5.3, 8.27)?

Puede ser que "camino de tres días" fuera una expresión corrien­te para referirse a un corto viaje. El viaje referido debería llevarles has­ta Horeb (cómp. Ex. 3.12: "serviréis a Dios sobre este monte"), que distaba.mucho más de tres días de viaje. En realidad, tal como se de­muestra en 19.1, los israelitas arribaron allí al tercer mes de su salida.

No obstante debería observarse que la disposición de Faraón para obedecer a Dios fue probada primero en pequeña escala. Si Faraón hubiera accedido a este pequeño pedido, no hubiera rehusado pedidos rnás importantes cuando estos se presentaran, y hubiera cosechado bendición y no pérdida, como resultado de su obediencia. Tal como lo confirmaron los hechos, su rechazo del pequeño pedido que se le hizo al principio, indicaba esa actitud que estaba en la raíz de su ser, que paulatinamente se tornó más y más obstinada, haciéndole desembocar finalmente en un desastre.


Éxodo 7.12. Se ha sugerido que en las plagas de Egipto, por lo menos en algunas de ellas, se puede detectar una secuencia natural, en que las características de una plaga, pueden considerarse, como el resultado de una anterior. Si esto es así, ¿puede afectar el carác­ter milagroso de fas plagas que el relato bíblico repetidamente describe como hechos de Dios?

En efecto, se ha detectado una relación de causa y efecto entre varias de las plagas. Para ver la forma en que esto puede hacerse, re­ferimos al lector al artículo de Kenneth Kitchen "Plagas de Egipto" en el Nuevo Comentario Bíblico (CBP, EL Paso), donde el autor reconoce deuda a un estudio de Greta Hort. No todas las plagas se prestan a este diagnóstico.
La décima en particular, con su terrible selectividad, no puede ser reducida a una operación de leyes naturales. Él énfasis que sobre­sale en todo el relato del Éxodo es que Dios está obrando a favor de su pueblo, utilizando ya sea los procesos más corrientes de la naturaleza, como también por actuaciones sobrenaturales. Que haya querido utilizar para el cumplimiento de sus propósitos las leyes de su propia creación, o trascender esas leyes, no quitó que la actuación sea la suya. Los propios hechiceros egipcios tuvieron que admitir la actuación del "dedo de Dios" en el desarrollo de los eventos. El or­den cronológico de las plagas, las circunstancias en que cada una de ellas comenzó y terminó, y el propósito qué se logró por su intermedia, todos a una atestiguaron del poder de Dios que se ejercitaba en juicio y liberación.


Próximamente preguntas y respuestas sobre el NT.

Imagen: Óleo de John Martin. La séptima plaga.

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