El aceite de la viuda
Continuando con la lectura del libro "Elisha: the man of God", he llegado hoy al capítulo VIII. Aquí van algunas reflexiones.
El Dios que cuenta el número de las estrellas y que las llama por sus nombres es el Dios que sana a los quebrantados de corazón. Laas estrellas están demasiado altas; y los dolores de un corazón roto, demasiado profundos para que lleguemos a ellos: pero el Dios que puede contar las miríadas de estrellas en los cielos, puede descender a sanar un corazón herido en la tierra.
Dios no nos permite pasar por circunstancias que no muestren sus providenciales misericordias. El Señor es mi ayudador, no fuera de sus misericordias, sino a través de ellas.
La misericordia de Dios es mayor que nuestras necesidades.
Al igual que la viuda tuvo que proveerse de vasijas vacías para que fueran llenas de aceite, así en nuestra vida, para ser llenos con el Espíritu de Dios, Dios debe tener también vasijas vacías.
¡Qué fácilmente nos dejamos llenar con influencias y pensamientos que entorpecen el que vivamos en la plenitud de la vida abundante que Dios nos ha dado!
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